Estaba yo esta mañana tempranito esperando en la sala de espera de rehabilitación a que me tocase entrar a darme mis microondas y mis cosas, leyendo un libro sobre escritura (más en concreto 'Escribir. Manual de técnicas narrativas' de Enrique Páez), instruyéndome en esto del arte de la escritura e imaginando cual podría ser esa historia que esta queriendo salir desesperadamente, cuando he levantado la vista y he mirado a mi alrededor. En verdad no eramos muchas personas, quizás cuatro, contándome a mi, pero todas ellas estaban absortas en sus teléfonos móviles, sin prestar mucha atención y sin ni siquiera saludar, por educación, a la gente que pasaba por allí y si que lo hacía. Después he mirado hacia abajo y me he fijado en mi libro (y en la poca necesidad que tenía yo de echar mano a mi móvil) y me he dado cuenta de una cosa:
que poco se ve a estas alturas a gente leyendo en lugares públicos.